MTTM, “The Flow”
Revisamos el nuevo single de los berlineses MTTM
Con “The Flow”, lanzado el 11 de noviembre, MTTM nos lleva a un mundo de sonidos post-punk y synthwave, recorriendo etapas de desolación, añoranza y la fragmentada memoria de lo que alguna vez nos fue familiar. El sencillo marca un momento clave para el trío, asentado en Berlín destacando su buen hacer en la mezcla de sonidos de los 80 con una visión más oscura y contemporánea de la música electrónica. En este lanzamiento, la banda —integrada por Alex F en la voz, Jean G en sintetizadores y guitarras, y Aaron D en la batería— canaliza tanto la nostalgia como la búsqueda de identidad, temas que se reflejan en cada rincón del single.
Homenaje y Evolución del Post-Punk: Depeche Mode, Bowie…
Inspirados en gigantes de la escena como Depeche Mode, Joy Division y David Bowie, MTTM construye en “The Flow” una pieza que lleva el sello de estos nombres sin perder su propio estilo y carácter. La producción está pulida hasta el último detalle, logrando una fusión perfecta entre sintetizadores, percusión y voces. Se perciben ciertos toques de sintetizador y bases rítmicas que nos podrían hacer recordar a los primeros tiempos de New Order, ajustada a nuestro tiempo, en la que la banda busca algo más allá que el revivalismo nostálgico.
El tema abre con una base de sintetizador densa, contrastada con una melodía más rítmica. La producción otorga un amplio espacio a la voz de Alex, cuyo tono refleja una mezcla de vulnerabilidad y distancia, perfecto para un relato que explora el vacío y el anhelo de pertenencia. La interpretación vocal es un canto cargado de intención, un lamento de búsqueda que se escurre entre los beats, evocando imágenes de calles vacías.
La Letra: Desarraigo y pérdida
La letra encapsula la esencia de la soledad y el paso del tiempo, dibujando un paisaje de abandono que se percibe en cada rincón, en cada imagen que nos ofrece. La repetición de frases como “No one lives behind these doors” y “These houses are empty, an empty space” refuerza el ambiente desolador.
Desde la primera estrofa, el hablante parece extraviado, buscando una conexión que ya no existe. La referencia a “These headlights / Are miles away / From home” sitúa la escena en movimiento, como un viaje de regreso o de huida, pero que inevitablemente se topa con el pasado: “From yesterday / Where was I? / Lost along the way”. Aquí surge una sensación de dislocación, como si el personaje principal estuviera atrapado entre dos tiempos o estados de ser, en un limbo donde el ayer ya no es accesible y el hoy es un misterio. La pregunta “Do I know the flow?” introduce una duda existencial, una falta de certeza sobre su propio curso o dirección en la vida.
Este texto ofrece una experiencia de alienación existencial, transmitida a través de un lenguaje visual cargado de simbolismo. La casa vacía, la noche larga danzan en torno al tema central de la pérdida de pertenencia, cada uno aportando una capa de complejidad a un estado de ánimo que fluctúa entre la melancolía y la aceptación resignada.
Producción y Elementos Musicales
Uno de los aspectos más destacados de “The Flow” es la incorporación de la batería en vivo por parte de Aaron, un cambio sutil pero poderoso que otorga a la pieza un sentido de fuerza y humanidad. Este elemento se siente en la percusión que acompañan al sintetizador y marcan el compás de la narrativa, un recordatorio constante de la presencia física en un entorno digital.
Los sintes de Jean son impecables, la estructura del tema es compacta y coherente, con una clara progresión que nos lleva desde la soledad inicial hasta un clímax melódico que, aunque sin resolver el conflicto planteado, deja una sensación de catarsis.
La Estética de “The Flow”
La experiencia de “The Flow” no se limita a lo auditivo. MTTM ha construido un imaginario visual que se alinea perfectamente con la narrativa del tema. Las imágenes de su video promocional, en las que destacan paisajes industriales y callejones vacíos, refuerzan la sensación de desarraigo y pérdida. El vídeo en blanco y negro parece capturar el paso del tiempo, con una paleta de colores oscuros que evoca el desgaste y la inevitable transformación de lo conocido en algo ajeno.