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Lvz Silenciosa «Exilio»

Reseña de «Exilio» por Lvz Silenciosa

Cassette editado de forma independiente – 2024 Disponible en Bandcamp

Antes de adentrarnos en el contenido musical, merece un espacio destacar el mimo con el que Sebas, bajo el alias de Lvz Silenciosa, ha producido este cassette. La edición es sobria y profesional, con un diseño gráfico minimalista. La calidad del sonido es impecable para el formato, y el diseño interior/exterior convierte este objeto en una pieza de colección. En la cara A, el álbum completo Exilio; en la cara B, grabaciones en directo de su gira de 2023 en Umeå y Bilbao.

Canción a canción

1. última medianoche (parte I) – 02:44

La apertura del álbum es un tema instrumental arrancando con un bajo arpegiado. La estructura es firme, de cadencia inquebrantable, con una percusión que no busca sobresalir, sino marcar el terreno. A quienes estén familiarizados con los primeros compases de Angel of the Night de Blutengel, les resultará vagamente familiar, aunque aquí el enfoque es más austero y musculoso, menos teatral y más terrenal.

El gran detalle está en los samples de El séptimo sello de Ingmar Bergman, una referencia nada gratuita. La película trata sobre el sentido de la vida, el silencio de Dios, y la inevitable llegada de la muerte. La duración (menos de tres minutos) es ideal: no se alarga, no se agota. Cumple su cometido como detonador de lo que está por llegar.

2. túneles – 03:07

Si el inicio del álbum nos dejaba en la antesala de algo ominoso, túneles es la irrupción violenta de esa amenaza: un tema marcado por la urgencia del synthpunk más primitivo, donde el sonido se mueve en una línea entre crudo y claustrofóbico.

Musicalmente, estamos ante una pieza apocalíptica en su ejecución, que se apoya en sintetizadores de ataque frontal, sin adornos ni capas innecesarias. Hay algo de ADN minimal wave, pero con el cuerpo amplificado y la agresividad potenciada. La percusión seca, con ese ritmo constante, golpea como una máquina oxidada pero implacable.

La voz —y esto es importante— no pretende agradar. Es un timbre áspero, muy particular. No es una voz para todos, pero sí para los que entienden que el darkwave no siempre se canta: a veces se escupe, se exhala, se fuerza. No hay punto medio, y eso lo hace aún más fascinante.

La letra refuerza esa tensión entre el deseo de conexión y la imposibilidad física o emocional de alcanzarla. Frases como «voy a construir un túnel que vaya directo hacia tu habitación» tienen ese aire obsesivo, casi perturbador. No se trata de un amor que espera ser correspondido, sino de una invasión emocional, una petición de entrada desde un lugar oscuro: «pondré en mí toda tu oscuridad».

El verso «por qué no te levantas» se puede leer como una imagen literal (alguien que ya no responde, que está ausente) o como metáfora del desapego, del abismo que se abre entre dos cuerpos que alguna vez compartieron algo. En ambos casos, la canción actúa como un grito desde el subsuelo.

Lvz Silenciosa

3. entre cámaras e imágenes – 03:36

entre cámaras e imágenes es el segundo tema instrumental del disco, pero a diferencia de última medianoche (parte I) el tema funciona como una máquina industrial. La sensación general es la de una estructura mecánica que repite su ciclo sin descanso, generando un clima de tensión constante.

La base rítmica es repetitiva a propósito, y en lugar de resultar monótona, logra ese efecto de espiral que se te clava. No hay respiro, no hay evolución armónica tradicional, sino que quiere que sientas su peso en el pecho.

La percusión aquí merece mención especial. A lo largo de todo el disco ya se va perfilando como uno de los elementos más cuidados y personales de Exilio, pero en este tema el trabajo sobre el tom con reverb es muy acertado. No es simplemente pegarle a un tambor: hay una búsqueda de presencia, de textura, de eco. Esa reverb le da volumen, espacio y amenaza.

Aunque no tenga letra, el título entre cámaras e imágenes sugiere un mundo mediado, una percepción filtrada por dispositivos, como si la experiencia humana estuviera siempre siendo grabada o reinterpretada. Eso, sumado al tono marcial de la música, genera un ambiente paranoide, muy propia de la era post-pandemia y de la introspección digital.

4. no es el fin del mundo – 03:48

A esta altura del disco, Exilio ya ha dejado claro su lenguaje: estructuras repetitivas, percusión con carácter, y unas liricas que pueden definir un estado emocional.. En ese contexto, no es el fin del mundo se convierte en una de las piezas más emotivas del álbum, sin necesidad de subrayar la emoción con arreglos grandilocuentes.

Musicalmente, sigue la línea ya establecida: una base repetitiva, insistente. Los teclados, en modo bucle, no ofrece ningún giro melódico.

La letra es demoledora en su simplicidad. El paralelismo entre el invierno climático y el emocional se construye en frases mínimas, pero cargadas de doble filo: «en los árboles, en las personas», «en los pueblos, en las casas, en tu habitación». Y en medio de eso, aparece uno de los versos más bonitos y tristes del álbum:
«nos encontramos contemplando la luna, cada uno por su lado».

Ahí está la clave: la cercanía sin contacto, la coincidencia rota, dos personas mirando la misma cosa pero desde distancias que ya no se pueden acortar. Hay algo de alienación contemporánea, sí, pero también una carga profundamente íntima: ese momento en que ya no hay pelea, solo una constatación de que algo se ha enfriado más allá de lo reversible.

El título, no es el fin del mundo, funciona casi con sarcasmo. Porque lo que se está narrando, de forma seca y sin dramatismo, es precisamente una pequeña apocalipsis personal. No es el fin, pero se le parece. Y lo podemos ver desde aquí. Desde el exilio.

5. todas las historias – 02:52

Hay canciones que, si se interpretaran en otro registro o con otro tono, serían otra cosa completamente distinta. todas las historias es ese tipo de tema. Si lo cantara una voz melódica y quebradiza sobre un piano, estaríamos hablando de una balada de ruptura, de esas que te rompen el alma en cámara lenta. Pero Sebas no hace eso. Lvz Silenciosa toma ese dolor y lo convierte en fuerza pura, lo lanza con el poder del darksynth más crudo y sin artificios emocionales.

Musicalmente, el tema mantiene la línea del álbum: bases repetitivas, capas mínimas pero eficaces, y una percusión que tiene carácter propio. Aquí los sintes no decoran, sostienen. No hay melodía central pegajosa ni estribillo evidente: la estructura es casi narrativa, más cercana al spoken word o al post-punk electrónico más árido.

Y en ese terreno, la voz de Sebas funciona como catalizador. No busca que empaticemos, nos lo escupe a la cara. Esa forma de cantar produce un efecto contradictorio: duele más.

La letra es durísima desde el primer verso:
«todas las historias que hablé de ti me hicieron creer que la muerte eran gotas de sangre en el suelo».
Ahí está todo. La imagen es literal y simbólica al mismo tiempo: las historias —quizá inventadas, quizá reales— transforman el recuerdo del amor en una escena de crimen emocional. Luego viene una de las frases más hermosas y perturbadoras del disco:
«fuiste un sueño que me dejó dormir cuando hice un nido en tu boca».

La segunda mitad del tema da paso al post dolor, al cierre, al momento de aceptar que ya no hay nada que intentar. Frases como «he dejado de intentar y escuché las puertas cerrarse». Se trata del punto final, el silencio que queda cuando ya todo ha sido dicho, cuando las historias se convierten en ceniza.

6. última medianoche (parte II) – 03:16

El título podría sugerir una variación o simple continuación de la apertura instrumental, la base musical se mantiene fiel al espíritu del disco: estructura repetitiva, capas sintéticas muy medidas, una percusión poco invasora con ese tono seco. Pero lo que realmente define este tema es la inclusión del sample de True Detective, doblado al castellano:

«El mundo está repleto de guetos. Solo hay un gueto: una cloaca en el espacio exterior.»

Sebas no usa este fragmento al azar. Estamos todos atrapados en la misma cloaca, repitiendo nuestras miserias en bucle. Este recurso de introducir citas cargadas, como ya hizo antes con El séptimo sello, forma parte del ADN narrativo de Exilio.

A nivel de producción, el tema mantiene la consistencia general del álbum, lo cual le da solidez como conjunto.

7. por los que están acá – 02:24

Último corte de la cara A. Musicalmente, se mantiene firme en la línea del resto del álbum. No hay variaciones de tono ni un intento de cierre clásico. La repetición se vuelve ritual fúnebre, la letra es casi cinematográfica. El uso de paréntesis sugiere voces internas o narradores múltiples, como si todo estuviera ocurriendo en diferentes planos de conciencia a la vez. Algunas frases impactan por su crudeza:

«las tumbas están una junto a otra (relámpagos en el cielo)»
«el interminable horror (de cómo nos destruyeron)»

Hay una belleza descarnada en esos versos. La combinación de imágenes naturales con frases de devastación humana evoca un paisaje postbélico, una especie de tierra arrasada emocional. Y entonces llega el título como cierre, como consigna, como recordatorio:

«por los que están acá«

No es grito de resistencia heroica, sino reconocimiento melancólico. No habla de los que ya no están, sino de los que quedan… con todo lo que eso implica. Es un brindis seco por los que aún caminan entre ruinas.

En directo este tema debe ser una bomba. No tanto por lo rítmico, sino por la densidad emocional. El carácter repetitivo del álbum entero tiene sentido en un espacio físico, donde la presión sonora puede apretar hasta romper.

…y cada vez que lo escucho, me gusta más.

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