SublocalZ abrieron fuego, y lo hicieron en su línea: sin miedo al desorden. El grupo barcelonés ha sido siempre sinónimo de caos controlado, de ese tipo de energía que no se puede ensayar. Pero esta vez hubo algo distinto. Quizás fue el sonido —impecable, por cierto— o el hecho de que cada uno de los integrantes parecía disfrutar más que nunca. Sea como sea, el resultado fue su mejor concierto hasta la fecha.