Metamorphosis de Lux Mala
Reseña del nuevo álbum de Lux Mala, Metamorphosis
El pasado 24 de diciembre, Lux Mala lanzó Metamorphosis, un álbum que aborda la transformación como un enfrentamiento directo con los temores más arraigados. A lo largo de 12 pistas que transitan entre el darkwave, el synthpop y matices de música gótica, Nath no solo expone su evolución artística, sino que también nos invita a embarcarnos con ella en un mundo introspectivo cargado de emociones y dualidades.
El disco ha sido mezclado y masterizado por Pablo Abatte y la portada, inspirada por el «Hombre de Vitruvio» de Leonardo Da Vinci, ha sido diseñada a mano por Valle Gren, tal y como nos explica Nath: «esta portada llena de simbolismo quiere representar la simetría y la fuerza en un cuerpo femenino, la aceptación de un cuerpo natural, delicado, pero lo suficientemente fuerte para afrontar cada nuevo reto que la vida nos ponga por delante.»
La narrativa: Un hilo conductor de dualidad
Desde el inicio con Deadly Nightshade, una pieza instrumental impregnada de misterio y sensualidad, Lux Mala marca el tono de lo que será un álbum lleno de giros inesperados. Pasamos por momentos apocalípticos (nunca mejor dicho) en Apocalypse, donde una producción pulida y ecos ochenteros arropan una letra devastadora, pasamos por un ritual con Serpiente, una canción de peligros y transformaciones internas a través de su violín inquietante y sintets oscuros.
El álbum no teme jugar con las emociones, como demuestra When I’m Lonely, un tema pegadizo, una mezcla de melancolía y ritmo, o Toxicidad, una explosión oscura con un bajo al estilo Sisters of Mercy.
Producción y estética
La producción de Metamorphosis está muy lograda, con diferentes tipos de sonidos, ya sean digitales u orgánicos como violiones y saxofones. La participación de Nöwan en Ambivalencia, por ejemplo, aporta un toque frenético y cyberpunk que pone patas arriba el devenir del álbum. La variedad de texturas en todos los temas, desde el saxofón inesperado en varias canciones hasta los arpegiados que funcionan como hilos conductores, demuestra una atención al detalle que mantiene el interés en cada pista.
Metamorphosis: canción a canción
Canción a Canción
1. Deadly Nightshade – 02:33
El álbum Metamorphosis arranca con una pista instrumental. Deadly Nightshade es un tema que atrapa desde el primer segundo gracias al protagonismo de un saxofón que nos lleva directamente a callejones húmedos iluminados por luces de neón. El tono inicial, cargado de misterio y sensualidad, me recuerda a las bandas sonoras de películas de detectives privados.
Sin embargo, el giro en el último tercio de la pieza es lo que realmente destaca: el misterio se oscurece, los matices se tornan más inquietantes y el tema muta hacia algo más propio del terror. Es como si, de repente, el detective hubiera encontrado algo que nunca debió ver. Este cambio inesperado nos pone en guardia para lo que está por venir en el álbum.
Un inicio que no solo presenta una estética sonora rica y cinematográfica, sino que también engloba el concepto del álbum: transformación y dualidad.
2. Apocalypse – 04:16
Con Apocalypse, Lux Mala nos entrega una pieza cantada en inglés que, musicalmente, rinde homenaje a los sonidos más vibrantes y pulcros de los años 80. Su ritmo dinámico y producción cristalina le otorgan un carácter nostálgico.
La letra, profundamente inquietante, se sitúa en un escenario apocalíptico donde el caos y la desesperación reinan. Los versos iniciales, «There are strangers in my house / They came like a plague,» nos llevan a un espacio íntimo violado por una amenaza imparable. Este inicio sombrío se expande a un paisaje desolador en «Lost in a desert full of dust and stones,» donde la esperanza parece tan distante como el alivio en un lecho de espinas.
La segunda mitad del tema intensifica el dramatismo: el «mar verde violento» y las estrellas que desaparecen del cielo nos lleva a presenciar el fin del mundo en cámara lenta. Pero la pieza no se limita a la catástrofe externa; explora también la fragilidad humana. Líneas como «We are only humans / Looking for salvation / But killing one another / Will not take you to heaven» ofrecen una crítica incisiva a la autodestrucción inherente en nuestra especie.
El cierre es particularmente impactante, con el giro personal de «I could be your daughter / I could be your wife,» un llamado a la empatía nos sacude añadiendo un peso emocional al mensaje.
Está canción post-apocalíptica es una reflexión íntima sobre la condición humana, con un sonido bailable pero con unas letras que dan mucho que pensar.
3. Serpiente – 04:04
Con Serpiente, Lux Mala reduce el tempo del álbum para adentrarnos en un terreno más, llamémosle «ritualista». Interpretada en español, Nath parece estar recitando un conjuro, donde cada palabra parece una invocación.
Musicalmente, me recuerda a las bandas sonoras de terror ochentero, con sintetizadores llenos de suspense. Sin embargo, es la inclusión del violín lo que eleva la composición, añadiendo un misterio casi orgánico que se mezcla con los elementos más electrónicos.
La letra, por su parte, juega con imágenes inquietantes y poderosas. Desde los «ojos sin rostro mirándome» hasta la «serpiente de lengua negra,» Lux Mala crea un relato que mezcla peligro y seducción, sugiriendo una lucha interna entre el deseo y el miedo. La serpiente, en este caso, podría interpretarse como una metáfora de lo prohibido. La insistencia en «Abrázame, sofócame» o «Guíame, te seguiré» deja entrever una entrega voluntaria a ese peligro, como si la protagonista aceptara su destino.
Es notable el contraste entre los versos iniciales, donde la incertidumbre y la amenaza están presentes, y el final, donde el tono parece más decidido: «No van a hacerme daño. No.» Aquí, la serpiente ya no es solo un símbolo de peligro, sino también de transformación y empoderamiento.
Serpiente es un punto de inflexión en el álbum, una canción que nos invita a enfrentarnos con lo desconocido dentro de nosotros mismos. Con una producción impecable y un uso magistral de los instrumentos, se consolida como una de las piezas más cautivadoras de Metamorphosis.
4. When I’m Lonely – 03:28
Desde el primer segundo, el arpegio que abre la canción establece el ritmo de la canción. Los arpegios, siempre tan efectivos, aportan ese dinamismo sutil que recuerda a los días dorados de los sintes ochenteros. Mientras tanto, la percusión y los pads (con ese característico «plas plas») consolidan ese sonido retro.
La interpretación vocal de Nath es un punto culminante en este tema. Su capacidad para llenar el espacio con su voz, especialmente en esos momentos donde sube el tono hasta casi gritar, es una demostración de poder y vulnerabilidad simultánea. Ese contraste es esencial para capturar el transfondo de la canción: un grito desde lo profundo de la soledad que busca desesperadamente conexión.
Frases como «Your pretty face is like a tattoo / I’ll never forget what you said» muestran cómo los recuerdos pueden incrustarse en nuestra mente, convirtiéndose en una presencia casi física en los momentos de soledad. La mezcla de imágenes poéticas como «I want to hold on tight to the sunset» o «Around my neck taking my breath away» nos hace entender que tanto el deseo como la desesperación se entrelazan.
El coro, con sus demandas directas de «Hold me tighter / Break me harder,» es esa búsqueda emocional, de un contacto tan fuerte que pueda borrar el vacío interior. Y el cierre, con la invitación de «Let’s drive together to the sea,» sugiere una esperanza fugaz, un intento de escapar de la soledad aunque sea por un momento.
5. Toxicidad – 03:36
Toxicidad, lanzada como single al igual que When I’m Lonely, muestra otra faceta del sonido de Lux Mala. Este tema destaca por un bajo que rinde homenaje al estilo de The Sisters of Mercy, acompañado por unos sintes bastante misteriosos, nos ofrece uno de los mejores temas del disco.
Musicalmente, Toxicidad se mueve en terrenos clásicos del darkwave, pero el giro distintivo lo aporta Nath con su interpretación vocal en argentino. Ese «cuando salgás» agrega un matiz único y auténtico, conectando la universalidad del género con una identidad más propia, aportando carácter y originalidad.
Desde el inicio, con la advertencia de «Si dejás la puerta abierta cualquiera puede entrar,» queda claro que el tema aborda la falta de límites en cualquier tipo de relación y cómo estas pueden convertirse en un campo fértil para la toxicidad. Las imágenes son contundentes, como en «Si dejás la boca abierta, moscas atraerás,» una metáfora cruda que refleja la suciedad emocional que puede colarse cuando no se pone un alto.
El coro, con su insistente «Cerrá la puerta cuando salgás / No quiero más toxicidad,» es un acto de liberación. Es un grito de ruptura, un momento de empoderamiento que refleja a cualquiera que haya atravesado una relación dañina.
6. Catacumba – 04:42
Con Catacumba, Lux Mala entrega lo que fácilmente podría considerarse el clímax de Metamorphosis. Desde los primeros segundos, ese bajo distintivo pone en marcha un ritmo que a los que somos fans de Depeche Mode nos pone las orejas en punta.
La producción brilla en cada rincón: la mezcla de synthpop y darkwave es impecable. Es de esos temas que no puedes escuchar sin mover el cuerpo, aunque lo que estés bailando sea esencialmente una elegía.
La letra se despliega como un lamento desde el más allá. Frases como «Quisiera gritar pero no puedo / En mi garganta hay sólo un hueco» parece que la protagonista este atrapada entre la vida y la muerte. La sensación de estar congelado en el tiempo, de ser solo un recuerdo, establece todo el track. Es imposible no imaginar un escenario de soledad infinita mientras suena: una catacumba literal o emocional donde la voz de Nath resuena como un eco eterno.
El estribillo, con su repetición de «Y yo estaré aquí / Yaceré por siempre,» es desgarrador. La frialdad de la letra se equilibra con la calidez de la producción.
Como single, Catacumba no solo es un acierto, sino que también es una muestra perfecta del rango creativo de Lux Mala. Y el videoclip que la acompaña refuerza su lugar como «el temazo» del álbum. Es la canción que define el tono de Metamorphosis y que probablemente se convierta en la favorita de más de un@.
7. Ambivalencia – 02:08
Desde el primer segundo, ese sonido 8-bits de vieja videoconsola nos lleva a un universo retrofuturista, a un videojuego cyberpunk de los 80. Es un giro estilístico que descoloca totalmente, rompiendo la línea narrativa de Metamorphosis.
La producción de Nöwan es palpable en cada rincón de la canción. Su mano experta se refleja en el ritmo frenético que no da respiro. Y luego está el saxo, ese intruso inesperado que, en lugar de desentonar, añade una capa de imprevisibilidad que enriquece el caos organizado del tema.
La letra es un reflejo perfecto de su título, un estado de dualidad constante: «Entre la luz y la sombra / estoy,» Nath canta con una mezcla de resignación y desafío. La encrucijada entre «miedo y deseo» es el corazón de la canción, explorando las contradicciones de la existencia humana. Es notable la franqueza de versos como «Amo la paz de mi soledad / Veo destellos en la oscuridad,» que abrazan la idea de encontrar consuelo incluso en el caos interno.
8. Me Tengo que Escapar – 03:12
Como single, adelantó perfectamente la esencia claustrofóbica y dramática que atraviesa el álbum. Con un sonido profundamente arraigado en los años 80, esta canción mezcla pads y un arpegiado que recuerda a una metralleta implacable.
El contexto que comparte Nath sobre la inspiración de El Juego de Gerald (Stephen King) añade un toque de terror psicológico al tema. El grito agónico que se escucha en la canción es un momento clave: un desgarro emocional que refleja el deseo desesperado de liberación frente a una opresión aparentemente inquebrantable.
La letra es tan cruda como angustiante. Desde el repetitivo «Me tengo, me tengo, me tengo que escapar» hasta líneas como «Me abro la piel para respirar,» se percibe un nivel de desesperación casi tangible. La repetición no solo es un recurso estilístico, sino también una forma de transmitir el ciclo interminable de angustia que domina la narrativa de la canción.
Musicalmente, el tema es brillante en su capacidad de convertir la angustia en sonido. Los elementos ochenteros, como los pads y la estructura rítmica, hace que la canción sea tan atractiva como perturbadora, un equilibrio que Lux Mala maneja con maestría.
9. Dead Man’s Lullaby – 03:35
Dead Man’s Lullaby es una joya sombría dentro de Metamorphosis. Desde el inicio, el saxo, recurrente en este álbum como un elemento impredecible, combinado con un bajo robusto y un ritmo cautivador, dota a la canción de un carácter hipnótico, casi ceremonial.
La letra, escrita por Valle Gren, entrelaza amor, pérdida y un anhelo imposible. Líneas como “In an alternate reality / I loved you and you loved me” nos introducen a un amor perdido en otra dimensión, un sueño roto. Hay un dolor palpable en «Broken shards of memories / That is all you left for me,» donde los recuerdos se convierten en fragmentos afilados que hieren más de lo que consuelan.
Musicalmente el bajo ancla la canción en un groove profundo, el saxo añade su toque emotivo al tema y la percusión también juega un papel clave, marcando el ritmo del track.
La estrofa final, “Moonless night and September rains / Stains my face and hides my pain,” es un cierre que engloba perfectamente el espíritu de la canción.
Dead Man’s Lullaby es un tema que logra equilibrar lo devastador de su letra con un ritmo que te invita a bailar.
10. Soledad – 04:15
Soledad se perfila como una de las canciones más poéticas de Metamorphosis. La línea de bajo, que guarda similitudes con Fascination Street de The Cure, actúa como un eco oscuro que, junto a la interpretación vocal de Nath, construye un tema solemne y cargado de significado.
La letra es un manifiesto a la aceptación de la soledad, esa compañera inevitable de la existencia. La frase central, «No me da miedo la soledad,» repetida constantemente, se convierte en un mantra que desafía el temor cultural hacia el aislamiento.
El relato se despliega con frases como: “Cuántas veces desperté / Con el alma vacía” y “Ahora ya no hay marcha atrás” evocan una sensación de pérdida y arrepentimiento, mientras que «Cuántas veces imaginé / Estar a tu lado / Ahora sólo hay oscuridad» nos da la desilusión de un anhelo no cumplido. La transición al inglés en el cierre, con la repetición de “We are meant to die alone / As we came,” refuerza el mensaje universal de la canción.
Musicalmente, el enfoque minimalista de Soledad le da espacio a la voz de Nath para brillar en toda su intensidad emocional. La instrumentación, aunque sencilla, es efectiva: el bajo, profundo, actúa como una sombra que persigue cada línea, mientras los sintetizadores añaden ese toque espiritual.
11. Vamos a la Luz – 03:37
Vamos a la Luz es la canción más pop del álbum y quizás la menos impactante de Metamorphosis. Con teclados minimalistas y un bajo digital que establece una base simple pero efectiva, el tema se centra más en su estribillo pegadizo y directo: «Vamos a la luz.» Este gancho actúa como el corazón de la canción, aunque no llega a provocar la intensidad emocional que caracterizó a los tracks anteriores.
Líneas como «Te miré y el silencio te amordazó» y «Decidiste encubrirte y mirar atrás» sugieren un conflicto emocional sin resolver, marcado por la frustración y el desencanto. El llamado «Vamos a la luz» se siente menos como una invitación y más como un ultimátum: un intento de salir de un estado estancado hacia algo mejor.
Aunque no es el momento más sobresaliente del disco, Vamos a la Luz no desentona en el conjunto. Actúa como un puente funcional hacia el cierre del álbum, ofreciendo un contraste más ligero antes de adentrarnos en la grandilocuencia de la última pista.
12. Metamorphosis feat Лена Батаева – 04:45
El tema homónimo del álbum, Metamorphosis, cierra el viaje de Lux Mala combinando un poco de «goticidad» con épica. Desde el primer redoble de tambor (muy Joy Division), la canción establece un aire ceremonial, como si estuviéramos en el preludio de una batalla antigua, mientras el violoncello añade el dramatismo de los poemas de Edgar Allan Poe.
La letra refuerza esa narrativa de transformación que Nath nos quiere hacer llegar con su Metamorphosis. A través de un viaje emocional que empieza con el miedo y la inocencia de la juventud («When I was young I lived with fear / So soft / So innocent») y termina con la libertad conquistada («Now I’m free / I fly away»), la canción narra un arco de metamorfosis personal. El cambio de «fear» a «hate» y de «hate» a «flame» simboliza un proceso doloroso pero necesario para la evolución interna.
Como cierre del álbum, Metamorphosis engloba todo lo que Lux Mala ha construido a lo largo del disco: su metamorfosis, una exploración de los rincones más oscuros del alma y, finalmente, un acto de liberación. Es un final perfecto para un disco muy notable.
Momentos cumbre: Catacumba y el cierre magistral
Catacumba, con su bajo que recuerda a Depeche Mode, y una percusión magistral, es lo más top del álbum
Por su parte, Metamorphosis, el tema que da título al álbum, cierra el disco con una mezcla de elementos épicos y góticos. El redoble de tambor y el violoncello, acompañados por letras cargadas de simbolismo, convierten la canción en un ritual de transformación emocional. La colaboración con Лена Батаева añade un nivel coral que hace de este cierre algo verdaderamente grande.
Luces y sombras: ¿Algún punto débil?
Si bien la mayoría de las canciones brillan en su individualidad y en el contexto del álbum, Vamos a la Luz podríamos decir que es el eslabón más débil de Metamorphosis. Su minimalismo, aunque efectivo, no alcanza la intensidad emocional o sonora de otros temas. Sin embargo, cumple su propósito como puente hacia el gran final.
Conclusión: Un viaje imperdible
Lux Mala ha logrado construir un trabajo que nos invita a enfrentarnos con nuestros miedos, abrazar nuestras sombras y, finalmente, transformarnos tal y como ha hecho ella.
Este es un álbum consolida a Lux Mala como una de las propuestas más interesantes del género en la actualidad. Y recuerden amig@s, Metamorphosis no solo se escucha, se vive.